lunes, 8 de diciembre de 2014

LA LENGUA DEL LEÓN, UNA APUESTA POR EL VERDE

Esta semana llegamos a un punto muy importante del proceso que venimos adelantando como parte del convenio para renaturalizar la Candelaria, en esta etapa llevaremos a cabo la instalación y siembra del mobiliario verde resultante de un gran trabajo que inició los primeros meses de este año y  ha sido nutrido por talleres con la comunidad, aportes de nuestros promotores ambientales; Karen, Marvín, Yenny y José Luis, así como de los estudiantes universitarios que participaron en el concurso de diseño y muchos otros ciudadanos y amigos de la Candelaria que creen en la posibilidad de espacios verdes de calidad.

Durante el proceso de alistamiento del lugar. El Jardín Botánico esta
dejando su huella por Bogotá.
"La lengua del León" fue el nombre dado por los participantes del taller a ese espacio irregular que se encuentra frente al colegio Salesiano León XIII, sobre la calle séptima entre carreras cuarta  y quinta. Este parche verde tiene cuatro arbolitos distribuidos a lo largo de los aproximadamente 250m2 de superficie cubierta por pasto kikuyo y a pesar de la cantidad de niños, turistas que visitan la iglesia del Carmen entre otros atractivos del sector y vecinos que transitan a diario por la calle séptima en la actualidad el lugar esta convertido en una letrina a cielo abierto.

Nuestra apuesta es muy sencilla, vamos a instalar un mobiliario verde que permita que todas estas personas  tengan un lugar agradable y limpio para sentarse a contemplar la belleza del lugar, a jugar, a encontrarse con sus vecinos, a disfrutar de la Candelaria.  Al mismo tiempo  ampliaremos la variedad de especies vegetales para  poder proveer de hábitat a insectos y aves que se mueven por el corredor verde que inicia en este punto a través de la calle séptima hacia los cerros. 

Como dice el título esta intervención es una apuesta, pues como en muchas otras partes de nuestra ciudad, no nos encontramos exentos del vandalismo y la falta de sensibilidad por la naturaleza en el espacio público, no por ello quisimos asumir una actitud derrotista y negativa pues estamos convencidos que las personas que visitan y habitan la Candelaria merecen un diseño amable, de buena calidad, abierto y agradable, y así como sucedió en la Nueva Santafé, serán ellos los encargados de cuidarlo y mantenerlo.

Los operarios del Jardín botánico alistando el terreno para la instalación del mobiliario verde. Por lo generar estos suelos han servido como depósito de escombros y han sido compactados, limitando su capacidad natural para la absorción de aguas lluvias.
Quizá uno de los retos más grandes en lograr que las personas, no solo de la Candelaria  sino de toda Bogotá, vean el estos espacios verdes como una extensión de su casa, pues en acciones tan simples como desenterrar una plantita de las que siembra el Jardín para llevarla al interior de sus viviendas y sembrarla en una matera ya se le está negando una gran posibilidad a la ciudad, así parezca algo inofensivo se trata de un robo que empieza a validar una serie de comportamientos que justifican la falta de diseño e inversión en  el espacio público y perpetúan la lamentable situación de los mismos.

Finalmente los queremos invitar a acompañarnos en el proceso de montaje y siembra de este mobiliario verde, a conocer más del grupo de renaturalización del Jardín Botánico y sobre todo a apropiarse de este lugar.

Les estaremos contando como avanza la renaturalización de la Candelaria.