Los procesos de
renaturalización permiten a los seres
humanos comprender las relaciones y la interdependencia con su entorno, se materializa
en una serie de valores, actitudes, transformación de espacios e integración de
saberes culturales, que se acercan a la apropiación y entendimiento de las
conexiones entre el hombre, su cultura y sus entornos biofísicos, de esta manera,
aunque la ciencia, resignifique con frecuencia cosas diferentes, para
diferentes personas. La renaturalización se potencializa desde el proyecto de
agricultura en un conjunto de
conocimientos destinados a beneficiar los ecosistemas especialmente urbanos;
estos se identifican a partir de las observaciones en campo sobre las
necesidades del territorio y por ende de las personas que lo conforman, luego
se inicia un proceso de comunicación multidireccional, donde se exponen las
ideas colectivas y después, se implementan los procesos de manera participativa
para el desarrollo de una huerta, jardín agroecológico, techos y/o fachadas
verdes. Estos conocimientos se visibilizan no solo en la transformación del
espacio físico, sino en el cambio consciente de creer en la oportunidad de
estar activamente y voluntariamente aportando a la solución de las
problemáticas ambientales y sociales, que existen en las áreas de intervención.
Fuente: Archivo fotográfico Proyecto agricultura
Urbana, Huerta comunitaria Localidad Candelaria.
1) Abastecimiento, con la producción de alimentos, plantas medicinales, re-uso de agua, hasta la producción de árboles frutales, en territorios urbanos, ya que las ciudades entrarían hacer ciudades resilientes capaces de aportar a la mitigación del cambio climático, debido a la capacidad de las coberturas vegetales de absorber sustancias contaminantes como CO2.
2) Reguladores, cultivando plantas que faciliten procesos de polinización, promoviendo prácticas que aporten a la dinámica hídrica del territorio con la instalación de nuevas tecnologías, como techos y fachadas verdes, y con ello a la regulación térmica aportando a la diminución de temperatura en las islas de calor.
3) Culturales, permiten la agrupación de comunidades para el desarrollo de actividades recreativas entorno a las siembras, mantenimiento y recolecciones de cosecha, así como en la reconexión con el campo, la ancestralidad y la espritualidad.
4) Soporte y hábitat, relacionados con el mantenimiento de la biodiversidad genética para la fauna y la flora que se encuentra asociada a las huertas, jardines, techos y fachadas verdes. Además pueden absorber el agua lluvia sirviendo como amortiguadores de las inundaciones proporcionando también conectividad para la Estructura Ecológica Principal (EEP), entre otros.
Carolina Forero Cortés
Ecóloga Equipo de Renaturalización